¿Cómo crees que debe consumirse el cava o el champán?

¿Crees que hoy en día hay una televisión de calidad?


lunes, 14 de febrero de 2011

Chivas, zorras y...

Manolo dejó escapar un estruendoso y maloliente erupto al que la ucraniana de ojos claros, apenas una cría de diecisiete años, respondió con una risilla de conejo asustado.
“-¡Hey, chist, tú, nene, ponnos a mí y a estos señores otra botella de Chivas- espetó Riquelme con aire chulesco y pretenciosamente gracioso al nene, que era un joven de unos treinta y cinco años que aparentaba más de cuarenta.
“-Pues sí, Riquelme, yo no digo, ni mucho menos que el idiota ése que hemos visto esta tarde tenga razón. Si por mí fuera me cargaría de un plumazo a esa panda de “enchufados” a los que tú, yo y todo el mundo les estamos dando de comer. Y que no me vengan con oposiciones ni leches. Ahora, que las cosas han cambiado, y otra cosa es lo del personal ése de confianza y no se qué.
Sin ir más lejos, el hijo de mi primo Asensio se ha afiliado al partido. Y ahora, como un Pepe: su sueldecico, sus pagas… ¿Ves? eso sí que es de ley y no los muertos de hambre estos que por estudiarse cuatro chorradas y hacer no sé qué pruebas ya se creen con derecho a todo. Porque, eso sí, el hijo de mi primo como su padre: de puertas para fuera tan de izquierdas como el “Monsetún”, el chino ése que era comunista, pero más de derechas que tú y que yo. ¡Que hay que ser prácticos y tener amigos hasta en el Infierno!.
-¿Y lo lleva bien? Me refiero al puesto.
-Riquelme, majo, ¿y para qué crees que están los gilipollas estos como el de esta tarde? ¡Que muevan el culo y que trabajen ellos! No querrás ahora que el pobre chaval aprenda informática, contabilidad, mecanografía y a bailar la jota extremeña. Es lo que le dice su padre: “tú no seas tonto y pregunta, pregunta y pregunta, y, siempre que te sea posible, al funcionario, que para eso está”.
La verdad es que es un chaval majísimo. Si es lo que le dije al imbécil aquel de la Universidad, aquel que se empeñó en fastidiar a la pobre criatura por cuatro o cinco asignaturas, que su buen nombre y el de su padre estaban presentes en todas partes, en todas partes. Y fíjate queé pronto cambiaron las cosas: matrícula de honor. Vamos, que en seguida empezó a “ver claro”, por la cuenta que le traía. Je, je, je.
-En fin- dijo Manolo, que no había abierto la boca en toda la noche sino para eructar, beber e intentar lamer a las chicas del club- esto es vida: Chivas, zorritas y tontos que nos trabajen.

Un viaje

"-¿Se trata de un viaje a través de mimemoria?-"
Lejos de sentirse asustado o inquieto, parecía como si ese encuentro lo hubiese estado esperando desde siempre. Ni siquiera se tomó la molestia de mirar a los ojos a aquel extraño vestido con una descolorida gabardina gris mientras le preguntaba.
"-Esta experiencia es tan real como las que has vivido a lo largo de estos años."
Dejó pasar unos segundos que fueron secundados por el silencio de su interlocutor, y el extraño de la gabardina le indicó con un leve movimiento de su mano quera el momento de empezar el viaje.
Al principio, podían haber pasado por dos amigos que tomaban tranquilamente un paseo por la calle si no hubiera sido porque la calle era una especie de desierto en el que ni siquiera se escuchaba el viento.
"-¿No hay nada?- musitó acongojado al enigmático personaje de gris- Todo esto es una especie de sueño, estoy seguro. Pero yo... ahora, tal vez esté...- su voz se perdió en un desesperado suspiro.
-¿Qué es lo que crees? ¿Qué crees que ha sido de ti?"
Hasta entonces, la actitud del extraño de la gabardina había sido fría, impersonal. Pero al formular su pregunta, esbozó una sonrisa cruel al tiempo que sus ojos se fijaron en la cara desesperada de su acompañante con un gesto similar al de esos desquiciados que protagonizan películas de asesinos en serie.
Para aquel pobre desconcertado que iniciaba el viaje más extraño de su existencia, la respuesta que esperaba obtener de un momento a otro era la misma que en ocasiones había esperado conseguir cuando se asomaba a un precipicio.
Tras una terrible pausa, cobró fuerzas y se decidió a formular su pregunta.
"-¿Estoy muerto?"
Era tanto su horror ante la respuesta que esperaba, que su voz era como un débil suspiro, apenas audible.
La mirada del extraño y su maléfica sonrisa, aún se hizo más cruel y fría.
"-No"
Tanto los me´dicos como los auxiliares que observaban a aquel cuerpo cuyos signos vitales se limitaban a los espaciados pitidos de una máquina, reflexionaron, cada uno a su manera, y según su escepticismo o credulidad, sobre sí mismos y sobre la muerte. Y aunque la Ciencia afirmaba que aquel pobre siucida estaba clínicamente muerto, ninguno de los allí presentes dejó de creer que estaba padeciendo la condena de un agónico sueño.

viernes, 11 de febrero de 2011

Vaya dos

“-¿Has visto a ése?
-¿Quién?
El de la carpeta, el que ha pasado ahora. Pues ése antes tenía una tienda, de ropa, creo. Y desde que hace seis o siete años entró en el Ayuntamiento, no ha parado: que si de portero, que si de administrativo. Vamos, el típico “enchufao”.
-Joder. Si es que yo…”
Julio Iglesias se deshacía de placer en un “me va, me va” en el interior del Mercedes donde el ambiente era casi irrespirable debido a la apestosa combinación de sudor que emanaba de los ridículos disfraces de la comparsa “Moros del califato” y el nausebundo ambientador de pino, el mismo que utilizaban en sus respectivos chalés, mientras la pareja de sesentones barrigudos daba rienda suelta a su inquina contra el empleado público.
-Vamos, que me lo has quitado de la boca y del pensamiento. Que a toda esta gentuza los pondría de patitas en la calle. Y aún me va el cabrón y me dice que trabaja en lo que trabaja porque ha estudiado y ha aprobado las oposiciones. ¡Y el pobre de mi sobrino qué!. Su padre bien que se gastó en la carrera sus buenos cuartos. ¡Diez años que duró! Bueno, eran tres años de carrera, pero la pobre criatura, ya me entiendes, solo en el piso que le pagó durante ese tiempo mi hermano, y con los problemas que tienen los chavales en situaciones así, los agobios de los estudios… Mira, no le partí la boca al hijoputa ése porque Dios no quiso cuando me dijo que lo de mi sobrino no era estudiar, sino hacer el golfo a costa del dinero de su padre. Hombre, no iba a ponerse la criatura a aprenderse la Constitución de memoria como si fuera un mono, que es precisamente lo que ha hecho el inútil ése para sacarse la oposición esa de las narices. ¡Es que le daba una…!
-Venga, Manolo, cálmate, que entre eso y los chivas que te tomas luego te sube la tensión. ¿Te he dicho que al final le he hablado clarito al capullo ése que tenía en la fábrica? Le dije, poniéndome en mi sitio, pues si antes te daba ochocientos ahora te doy seiscientos, y si no te gusta, la puerta está ahí.
-¡Sí, señor! Con dos… Oye, ¿qué te parece si esta noche nos vamos con Riquelme a un sitio que me ha dicho que está muy bien? Está en el kilómetro treinta de la comarcal. Hay allí unas chavalas, creo que son rusas o rumanas o algo así, que, bueno son unas crías.
-¡Hombre! Eso ni se pregunta. Bueno, quedamos a eso de las dos de la madrugada, que a esa hora empieza a animarse la cosa. Oye, mientras me llevas a casa, te cuento lo que me ha dicho mi gestor sobre la Renta. Ya verás cuando te lo cuente: el IVA se te queda en ‘nà’. Je, je, je.